A veces me miro a mí y a la gente que me rodea, veo que parecemos de la calle, será tal vez porque a todos nos falta un padre, una madre y a muy pocos los dos, no puede ser casualidad que todos hayamos crecido de un sacudón, a la fuerza, con la guardia baja y todo por crecer sin alguien que te diga... no, tú eres chico, de eso me ocupo yo, un grande, lo que te pierdes de chico lo pierdes para siempre, eso no vuelve nunca más. Todo el amor que te faltó de chico no se recupera con nada, a la larga el chico hace cortocircuito y todas las mentiras que le dijeron de chico te las escupe en la cara. No es casualidad, no puede ser casualidad que nos haya faltado un padre, no es casualidad que todos nos encontremos acá, en este momento, somos chicos y no tenemos por qué hacernos cargo de las cosas de los grandes. Estamos para jugar para enamorarnos, estamos para reírnos, para divertirnos... que los grandes resuelvan sus cosas y que nos dejen tranquilos, que para eso somos chicos, tenemos derecho a pelearnos a morir, irnos de tema, de reconciliarnos al toque; tenemos derecho a eso, porque somos chicos. Queremos hacer cosas de chicos y que los grandes, hagas cosas de grandes ¿No? tenemos derecho, para eso somos... niños.
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