Cacería... como un corderito casi degollado tirado a mis pies, casi suplicando con su mirada que por piedad lo haga, mi instinto cazador me orilla a hacerlo, a arrancarle los labios y la piel con las manos, a erizar cada vello de su cuerpo, a poseerla, a matarle y hacerle revivir, sabes lo que quieres, lo que anhelas dentro de ti y mientras exista compasión en mí no pasará... pero un día voy a enloquecer y con mis propias manos te voy a destrozar, te voy hacer pedazos y a beber tu sangre cálida, mientras resuenan tus gritos con mi nombre y no conocerás otro nombre, solo el mío, porque así lo deseas, solo es cuestión de tiempo para que la bomba estalle, para que enloquezca y el cordero muera, muera acribillado de besos y ahogado en abrazos, muera devorado por mi instinto cazador.
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