Siento frías las mejillas, puede que sean mis lágrimas congeladas por el aire invernal o simplemente que mi cuerpo haya dejado de sentir calor, los susurros que compartimos bajo aquellas mantas se han perdido, también lo han hecho las sonrisas en la oscuridad, las risas en la playa, los mordiscos, la música. ¡Oh esa música...! no te olvides de tu forma de mirarme y de lo dulce que pareces dormido, de tus manos, de nuestra chispa y de nuestro descaro.
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