A veces siento la necesidad de salir corriendo de este lugar, sin mirar atrás, para alejarme de las indecisiones, de las preguntas sin respuestas que dan vueltas sin parar en mi cabeza "adolescente", porque he sido tantas veces aconsejada que ya no recuerdo el primer consejo que oí, aquel que me abrió los ojos de verdad, es que ¿Ahora los tengo tan cerrados? o a lo mejor soy yo tapándolos con las palmas de mis manos, aterrorizada, quién sabe, soy un mar de dudas, pero puedes nadar tranquilamente en él si te crees valiente.
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