miércoles, 13 de agosto de 2014

Casarse

¿Será tan perfecto como dicen casarse? planificar y vivir una boda, si al fin y al cabo, las parejas se terminan separando al poco tiempo, la sensación debe ser tan tonta y al mismo tiempo estupenda... que llegue ese día tan esperado en nuestras vidas, porque será el primero y único que les relataremos a nuestros hijos o nietos, levantarse de la cama, estar rodeado de la gente que queremos, poco a poco calzarse ese vestido blanco que tanto costó elegir, esos zapatos simples que van debajo del vestido y que nadie ve, no se asombran de ellos, ni tampoco nadie le presta atención o quizás algunos sí, embalarse de joyas y colgantes, ¿Para qué? si al fin y al cabo lo único que harás será entregarle tu vida a otra persona, hasta que la muerte (o el divorcio) los separe. Al fin y al cabo dos horas antes, ya somos como princesas, con una sonrisa al viento (de tanto haber tomado durante el día) y unos nervios de película, pero entramos al altar, todo el mundo esperando... después de haber leído tantos cuentos de historias fantásticas o películas, uno piensa mi boda soñada, pero... ¿No estaría mejor vivir un día de boda y despertarse, que todo haya sido un cruel sueño? adelantémonos a algo que no tiene solución, tan solo despertarse de ese sueño, ver que el vestido, las joyas, los zapatos y todo aquel preparativo no existe que solo miras por la ventana, ves que en la iglesia hay otra pareja concretando su sueño, que aún no sabes si es la realidad pero... ¿Es mejor soñarlo primero o arriesgarse?

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