Retrocede el reloj hasta las 12 y empieza a contar otra vez nuestros besos, no me importa que tardes un siglo en hacerlo. Mientras tanto te morderé el cuello de esa forma que tanto odias, no ves que te derrites, te voy a chupar como a un limón, seré ácida, irónica y sexy para ti jovencito y cuando acabe con tu oreja, vamos a bailar tú y yo muy lento un rock and roll, nos vamos a deshacer como las aspirinas cariño y es que hay que ver lo mucho que me pones bien.
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