lunes, 12 de mayo de 2014

¡Cielos!

¡Cielos! no sabes lo que daría por un tren hasta tu boca, sin frenos, sin que nada ni nadie me haga mirar atrás, nada más que esperases con los brazos abiertos, porque, al fin y al cabo esa ilusa esperanza es la que no me deja dormir por las noches y en el silencio llorarás mi adiós. Sé que volverás constelación a sentir el universo de mi amor.

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