A veces amanecen días de esos desiertos de todo, de ilusión, de interés, de ánimo, de ganas. A veces crees que si el mundo se parase, tú te pararías con él sin quejarte. Incluso es lo que buscas, lo que esperas, lo único que ansías, que todo acabe, que no hubiera que correr, que luchar por perseguir sueños, que todo fuese más fácil, sin tener que cansarte, ni esforzarte, ni pensar recurriendo a la imaginación que esta vida es justa, que todo es bonito, que los días te tratan bien. Ojalá se abriese mi corazón, estallase mi alma, solos los dos y llenasen mi mente de luz, de calor, de pensamientos positivos, de alegría, que enterrasen el dolor y la apatía, la melancolía, la nostalgia. Quisiera que la inundase de esperanza, de ramas a las que aferrarse en estos días tristes y sin sentido. Hombros en lo que apoyarse cuando alguien no quiere continuar luchando, de camas donde descansar cuando me agoto por seguir despierta, de alas para poder volar al mundo oculto de la felicidad. A veces, a veces... a veces hay días trágico donde ves todo perdido. A veces...
No hay comentarios:
Publicar un comentario